Hoy os traigo un proyecto con el que disfruté muchísimo, aunque tenía mis reservas respecto a que mis ideas fueran a quedar tal y como yo las imaginaba, porque ya sabéis que una cosa es la teoría, y otra bien distinta la práctica. Afortunadamente, a pesar del miedo a que algo fallase, el resultado se aproxima bastante a ese concepto primigenio, y la verdad es que estoy contentísima con su aspecto, y por lo que sé, Nagore está encantada también...
Os puedo contar que mi amiga Nagore, además de deportista, amante de los animales (en particular de los perros), es una mochilera que no se amedrenta por nada, y siempre que tiene ocasión, se cuelga la mochila al hombro emprendiendo viaje a cualquier lugar del mundo, por recóndito que éste sea.
En verano, sin ir más lejos, se fue con su chico y otra pareja de amigos a Tailandia unos días. Imaginaos la espectacularidad de los paisajes, claro... El resto de sus vacaciones, lo aprovechó para volver a hacer El Camino de Santiago con su madre. Para ésta era la segunda vez, pero para la loca de mi amiga, no sé si era la octava o más...
Por eso, ya que el día 17 de septiembre fue su cumpleaños (coincide en la fecha con el de mi hermana), decidí prepararle este regalito. Nuevamente el mini es desestructurado. ¡Mira que le he cogido el gustillo a ese acabado!
Para la portada he elegido mis queridos "palitos de helado" y varios detalles más. Incluso he aprovechado parte de las pastas del pack de hojas que he utilizado para el interior, para dar título al mini con alguna modificación, claro.
Para la pasta trasera he añadido incluso un imán con el Partenón jeje. Ésta me pareció mejor ubicación que en la nevera de mi casa, francamente.
Desde luego no es el único, pero sí el más elaborado, puesto que para el resto me he limitado a poner el recorte de una imagen o poco más. En cambio aquí, he colocado un bolsillo triangular; he estampado algún sello de Lora Bailora; he usado stickers de varios tipos y texturas; y sobre todo, lo que más captará vuestra atención, sin duda: he recurrido a un stencil para plasmarlo en pasta dimensional. Además he utilizado un alfabeto de madera.
- ALGUNAS HOJAS INTERIORES:
La principal con un bolsillo para tags y notas. Además he añadido con una pincita unas tarjetas con algunos mensajes positivos y optimistas. Las letras que dan nombre al bolsillo pertenecen a la baraja que ya
utilicé en su día...
Para la contraportada trasera he utilizado también una tela adhesiva con topitos blancos, pero en este caso sobre fondo marrón en lugar de morado. En los márgenes, he colocado el mismo washi tape que habéis visto en la imagen precedente.
Y bueno, esto es lo que os quería enseñar hoy, cuantos más álbumes hago, más me gusta y me divierte. Eso, por no hablar de lo a gusto que me quedo cuando hago una cosilla de éstas, y veo la sonrisa en la cara de la otra persona. Es el mejor pago a tanta ilusión, tiempo, paciencia, materiales, esfuerzo, pruebas y errores... De todos modos, ¿qué os ha parecido a vosotros? Confío en que me lo digáis en los comentarios.
Por cierto, no olvidéis que está en marcha el
desafío del mes de noviembre... Y la cosa va de mapas. Os espero en él, así que no me falléis, por favor.